Terminó la conferencia de Labour Start el día antes del 1 de mayo. El número de participantes superó los 200. Procedían de unos 30 países. He aquí una lista parcial: Albania, Alemania, Armenia, Belarús, Canadá, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Israel, Kazajstán, Kirguistán, Lituania, Myanmar, Macedonia del Norte, Noruega, Países Bajos, Palestina, Polonia, Reino Unido, Rusia, Suiza, Turquía, Ucrania y Uzbekistán.
Una conferencia que tuvo el apoyo logístico y político del sindicato georgiano, el GTUC. Hablaremos más adelante sobre este sindicato, uno de los ejemplos de transformación de sindicatos de países pertenecientes a la antigua URSS, según lo ven ellos mismos y según la Confederación Sindical Internacional de la que forma parte.
En esta crónica me centraré en aquellos aspectos que tienen que ver con la misión que me llevó a participar en la conferencia: la solidaridad con los sindicatos de Ucrania. Pero antes quiero hacer un breve repaso de aspectos que me llamaron la atención. En primer lugar, el sentido de una conferencia así.
El valor de la solidaridad obrera hoy
Como dijo Eric Lee y otros coordinadores de Labour Start, la conferencia es un lugar de encuentro y de solidaridad entre sindicalistas. No importa si se viene en nombre de una organización o como individuo, todo el mundo tiene posibilidad de participar, hablar, solicitar un taller. En este sentido es un encuentro muy democrático y abierto, que ofrece una oportunidad en nuestros días para intercambiar informaciones y experiencias. Ese aspecto es, en mi opinión, el más importante. Y lo que hace que esta conferencia haya tenido un notable éxito llenando un vacío que, por algún motivo, los propios sindicatos y centrales internacionales deberían de resolver. Sobre todo ante una guerra como la de Ucrania.
El otro aspecto que tiene que ver con el anterior es que se trata, en esencia, de un trabajo militante. Basado en una pequeña red de coordinadores que se ocupan de zonas o aspectos y con una más amplia red de corresponsales, Labour Start ofrece a cualquier sindicalista una visión mundial de las luchas de carácter sindical o político que tienen que ver con la vida de la clase trabajadora. Es una ventana al mundo del trabajo, aunque centrado en el aspecto material y concreto de lucha por el salario, derechos, condiciones de trabajo y libertad. Los otros aspectos políticos más generales y tomas de posición no entran en esta web y trabajo.
Eric Lee situó el valor de la solidaridad obrera en una “era de crisis, guerras y desastres”. Al final de la conferencia expresó el deseo de poder hacer la siguiente en un Kiev sin guerra y con unos sindicatos plenamente restablecidos. Ojalá sea posible.
Cómo afecta la guerra en Ucrania a los países de su entorno
La Conferencia no tenía pues posición oficial sobre Ucrania. Pero todas las intervenciones de sindicalistas georgianos y todas las demás expresaron su solidaridad con los sindicatos ucranianos, su deseo de victoria sobre los invasores. Las intervenciones en sesiones plenarias de Olesia Briazgunova, responsable internacional del sindicato KVPU, de Ivanna Khrapko, responsable de la coordinadora de jóvenes de FPU, así como de la joven abogada Inna Kudinska, miembro de la ONG Labor Initiaves, fueron de las más escuchadas y aplaudidas. En las salas de la Universidad Nacional de Georgia, lugar de la conferencia, había pues la misma sintonía que en las calles, bares, restaurantes y casas particulares de Tbilisi, donde lucen carteles, pintadas y banderas en solidaridad con Ucrania.
También las intervenciones que hicieron sindicalistas bielorrusos, entre ellos Maksim Pazniakou, fueron atentamente escuchadas. En un espacio de tiempo muy reducido, desde 2020 hasta hoy, la situación en Bielorrusia ha cambiado completamente. De un régimen acorralado por la movilización popular ha pasado a una represión brutal y al descabezamiento de la oposición política y sindical. Maksim reconoció que el sindicalismo independiente no estaba preparado para ello. Confiaban en que el régimen cedería a las presiones de la movilización. Los obreros habían conseguido antes de 2020 algunas victorias y fueron el motor de las movilizaciones ciudadanas cuando se produjo el fraude electoral. Pero el apoyo de Putin a su protegido Lukashenko dio la vuelta a la situación. Cuando en el 24 de febrero de 2022 se produjo la invasión, el sindicalismo independiente del BKDP entendió y apoyó completamente a sus hermanos ucranianos. Ahora está pagando con la cárcel y exilio de sus dirigentes su firme y solidaria posición.
Tener un plan para la reconstrucción social
El taller que presentamos la red europea de solidaridad con Ucrania (ENSU) fue muy interesante en el sentido de que abrió una reflexión y algunas ideas para tener un plan de reconstrucción social y sindical de Ucrania. Aunque el taller no fue numeroso, las personas que estaban interesadas participaron e hicieron preguntas, empezando por las compañeras ucranianas Olesia, de KVPU, Ivanna de FPU e Inna de Labor Initiatives.
Ciertamente la tarea que presentamos no es fácil: proponer a los sindicatos ucranianos que acuerden un plan de reconstrucción social del país; tener alternativas y voz en la reconstrucción que pretenden los capitalistas ucranianos y el capital internacional; y reforzar en este proceso los sindicatos con apoyo material y político.
Las tareas humanitarias que obligatoriamente tienen que enfrentar por la guerra los sindicatos y ong, feministas, etc. pasan hoy a primer término. Pero aún así, se abre paso la conciencia de que hace falta un plan y que los sindicatos ucranianos deberían empezar a pensar y elaborarlo. Si lo hacen los sindicatos occidentales y del mundo tenemos que apoyarlos. Y en esa batalla por reforzar el sindicalismo de clase se deben sumar también otros sindicatos en la región.
¿Es muy pronto para pensar en la reconstrucción?
Pero… ¿es necesario hacer esto ahora? Nuestra propuesta como red europea de solidaridad con Ucrania (ENSU en sus siglas en inglés) es que sí, hay que empezar a elaborar ese plan cuanto antes. Por tanto, desde ahora que aún hay la guerra. Eso significa que nos situamos en la perspectiva de que Ucrania gane la guerra, que rechace la invasión y logre una estabilidad en todo su territorio con garantías de que no se va a volver intentar otra invasión y agresión por parte de Rusia. Es importante empezar ya porque los lazos de solidaridad habrían de servir para encontrar medios económicos que permitan el funcionamiento de los sindicatos, inclusión como un agente con voz y poder de decisión en los planes económicos, formación sindical y política para la etapa de transición. La experiencia y un análisis común de los periodos de transición son claves: es cuando se juega el futuro de un país. Los sindicalistas georgianos y bielorrusos han aprovechado esta conferencia para intercambiar impresiones sobre sus propios errores con los ucranianos. Eso debería seguir. Eso es la solidaridad.
Los capitalistas ya van a tener su propia conferencia sobre reconstrucción de Ucrania en Londres el próximo mes de junio. Recibirán un montón de dinero de la Comunidad europea. Entonces los sindicatos de Ucrania y de toda Europa tienen el derecho a plantear: ¿cuánto dinero habrá para la reconstrucción social? Si no se recompone el tejido productivo con derechos laborales, con garantía de estabilidad, si las leyes y normas laborales de la OIT no se cumplen y, al revés, son restringidas y se dan pasos atrás, ¿se aceptará que en Europa se instale el dumping social? Un “diálogo social” atando las manos a los sindicatos es la mayor traición que puede hacerse al pueblo trabajador ucraniano que está defendiendo hoy a su país en el frente y en la producción de los bienes y servicios necesarios.
Tras ese primer debate debemos esperar la reflexión sobre estos temas en los sindicatos FPU y KVPU. Si lo ven útil y positivo trataremos de ayudar.
Alfons Bech Coordinador sindical de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania
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