Stanislav Dutov, Cristina Mas
Stanislav Dutov (Dnipró, 1990) era estudiante de química hasta que en 2015 se unió al batallón ucraniano Azov. Combatió en la ciudad de Mariúpolo contra la invasión rusa y estuvo asediado durante siete meses en la planta siderúrgica de Azovstal junto a sus compañeros. Fue apresado y encarcelado en Rusia durante dos años, hasta que fue liberado el pasado octubre en un intercambio de prisioneros de guerra. Russòfon, ahora vive en Kiiv, donde continúa su rehabilitación.
Usted luchó en el asedio de Mariúpol, la principal ciudad ucraniana bajo ocupación rusa. ¿Cómo fue esa experiencia?
— Estuve en Mariúpolo desde el principio hasta el final. Intentamos hacer todo lo posible por defender la ciudad. Al final, tuvimos que refugiarnos en la planta siderúrgica de Azovstal, donde resistimos tanto como pudimos. No teníamos comida, ni agua ni medicinas. Fue muy duro porque estábamos bajo un sitio muy estricto: el ejército ruso controlaba un perímetro de 120 kilómetros alrededor de la ciudad. De vez en cuando nos traían comida y medicinas en helicópteros que también evacuaban a heridos. Los defensores de Azovstal realizaron un trabajo heroico en condiciones horribles. Los soldados rusos se acercaban cada día más, y en la ciudad había saboteadores. No teníamos munición antitanque y sólo podíamos retroceder. Las tres últimas semanas nos quedamos sin medicamentos y ya no podíamos salvar a los heridos. Pero, sin embargo, teníamos un objetivo y hicimos todo lo que pudimos. Hasta que un día nuestro comandante vino y nos dijo que para salvar la vida debíamos rendirnos. Teníamos 600 o 700 heridos...
Y entonces les hicieron prisioneros.
— Primero evacuamos a los heridos y después se rindieron las diferentes unidades: éramos unos tres mil. Salimos de la planta, nos llevaron hasta un puente y allí nos subieron a los autobuses. Nos llevaron al campo de Olenívka, donde había muchos prisioneros en muy poco espacio. En nuestra unidad le reservaron una choza entera y un día hubo una explosión, muriendo 60 o 70 prisioneros. Luego nos dispersaron: unos en Donetsk, otros en prisiones rusas. Hay muchos testigos de prisioneros ucranianos liberados que han explicado los horrores de las cárceles rusas, pero yo no puedo hablar: mis compañeros todavía están ahí.
¿Por qué se unió al batallón Azov en el 2015, después de que estallara la guerra en el Donbás y que Rusia se anexionara Crimea?
— Unos amigos míos se incorporaron y yo les seguí. Entonces los medios de comunicación hablaban mucho y queríamos verlo con nuestros propios ojos.
Rusia dice que es una unidad de extrema derecha.
— La propaganda rusa dice muchas cosas. Si miramos todos estos años de existencia de esta unidad, no se ha cometido delito alguno. Rusia tiene muchos recursos para financiar su propaganda y en Ucrania no tenemos tantos medios, y por eso estamos perdiendo la batalla de la información. La unidad de Azov forma parte de la Guardia Nacional de Ucrania: somos soldados que amamos nuestra tierra.
¿Dónde están sus amigos de 2014?
— Uno aún sigue vivo, aunque acaban de herirlo por cuarta vez. El otro por desgracia murió antes del asedio de Mariúpolo.
¿Se arrepiente de haberse hecho soldado de Azov?
— ¿Usted se arrepentiría de haberse unido a gente que ama a su país para defenderlo?
Pero ha pagado un precio muy alto.
— En Ucrania todo el mundo ha pagado un precio alto. También los civiles. No teníamos otra opción. Nosotros no hemos invadido a nadie: sólo nos hemos defendido.
¿Cree que el gobierno de Volodímir Zelenski ha estado a la altura?
— Yo no soy político, no me interesa la política: soy militar. Y sólo puedo decir algo, que nuestro enemigo ha hecho de todo para llegar a su objetivo, para llegar a la situación en la que estamos ahora.
Trump ha dicho que ha empezado a hablar con Putin de una paz en Ucrania. ¿Qué es para usted la paz?
— Mientras ellos están hablando, en Ucrania mis compañeros ahora mismo están haciendo su trabajo: están protegiendo a su país. Entre toda la palabrería, la invasión no ha terminado: continúa cada día.
¿Ucrania debe ceder territorio a cambio de la paz?
— Es una pregunta muy dura. Cree que con esta paz ¿se acabará todo? Desde 2013 Rusia no ha parado de conquistar territorios.