Red Europea para la Solidaridad con Ucrania
La Red Europea de Solidaridad con Ucrania (RESU) ha denunciado la invasión rusa de Ucrania desde el principio y apoya plenamente el derecho ucraniano a la autodefensa.
La resistencia armada del pueblo ucraniano es justa. No tiene lugar como parte de una agresión militar de la OTAN, Estados Unidos o cualquier país occidental, sino como defensa contra el objetivo bélico declarado del presidente ruso Vladimir Putin: reconquistar el ficticio «mundo ruso» supuestamente perdido con la disolución de la Unión Soviética en 1991.
Dado que la resistencia armada de Ucrania es legítima, todos los Estados que se consideran democráticos y defensores de unas relaciones internacionales regidas por la ley tienen la responsabilidad de ayudar al pueblo ucraniano a derrotar la invasión rusa.
Por lo tanto, la RESU exige a todos los gobiernos que se oponen a la agresión ilegal de Rusia (y sean o no miembros de la OTAN) que proporcionen a Ucrania el armamento, la munición y el apoyo financiero necesarios para expulsar a las fuerzas invasoras del territorio internacionalmente reconocido del país.
Contra el militarismo
Al mismo tiempo, la declaración fundacional de la RESU define su orientación general como anticolonialista y opuesta al «militarismo y la competencia imperialista por el poder y el beneficio que destruyen nuestro medio ambiente y nuestros derechos sociales y democráticos». Al igual que las personas amantes de la paz de todos los países, sentimos la absoluta urgencia de poner fin a la rivalidad entre grandes potencias y al militarismo letal y la devastación medioambiental que desata.
Proporcionar a Ucrania el apoyo necesario para derrotar a la gran potencia rusa que se ha apoderado de su territorio, destruido sus infraestructuras, asesinado a su pueblo y envenenado sus tierras y ríos no contradice esa perspectiva. Apoyar a una Ucrania libre e independiente tampoco requiere un aumento permanente del gasto militar mundial, el afianzamiento de bloques militares rivales o la promoción social y política del militarismo, aunque esa sea la agenda de algunas fuerzas reaccionarias que desfilan como campeonas de Ucrania.
Para apoyar a Ucrania sin desencadenar una ola de militarismo, chovinismo y escalada armamentista, la RESU concibe su solidaridad con el pueblo ucraniano desde una perspectiva antimilitarista opuesta al rearme de las potencias imperialistas. La RESU afirma que:
- La ayuda militar a Ucrania puede provenir inicialmente de los arsenales existentes y del armamento que no debería ser suministrado a países que llevan a cabo guerras de agresión condenadas por las Naciones Unidas.
- La producción de todo tipo de armamento puede y debe ser nacionalizada. Esto permitiría acabar con la obscena especulación bélica y el tráfico de armas, y la producción y entrega de material bélico tendría que cumplir con los derechos internacionalmente reconocidos de soberanía nacional y la necesidad de oponerse a aquellas guerras que los violan.
- En el caso de que los países realmente necesiten ampliar los presupuestos militares para ayudar a Ucrania o para defenderse de las amenazas del régimen de Putin, el aumento debería financiarse con un incremento de los impuestos a las capas más ricas de la sociedad. El apoyo a Ucrania no debe convertirse en un pretexto para una austeridad que perjudique a la mayoría social.
La RESU también hace hincapié en la necesidad de la propiedad pública de la industria armamentística para hacer posible su conversión -sobre la base de la derrota de las guerras de agresión- en una herramienta inestimable de producción social y ecológicamente útil.
Tal es el enfoque democrático, socialmente justo e internacionalista para ayudar al pueblo ucraniano a vencer.
También es el enfoque que más ayuda a la oposición antibélica dentro de Rusia, al mostrar que el objetivo de la ayuda militar a Ucrania no es invadir la Federación Rusa o impulsar la OTAN, sino simplemente la derrota de la agresión de Putin.
Es el único enfoque compatible con el objetivo de avanzar más allá del militarismo y la guerra hacia el único horizonte deseable para la humanidad: el de pueblos y naciones coexistiendo pacíficamente en un planeta sostenible.