Por primera vez han visitado el Estado Español los máximos dirigentes de las dos principales centrales sindicales ucranianas: Grigori Osovyi y Vasyl Andreiev, el presidente y vicepresidente de la Federación de Sindicatos de Ucrania (FPU) y Olesia Briazgunova, la responsable internacional de la Confederación de Sindicatos Libres de Ucrania (KVPU). El presidente de KVPU, Mihaylo Volinets, que es también diputado del Parlamento ucraniano (la Verkhovna Rada), tuvo que volver a Kyiv a medio camino, convocado como miembro de la comisión de energía debido a la grave situación después de los últimos ataques de Rusia a centros energéticos neurálgicos. Este detalle muestra lo complicado de esa gira en medio de la guerra y la importancia que la delegación ucraniana ha dado a esta gira.
Los sindicalistas que han venido tienen una larga trayectoria. Grigori Osovyi viene del antiguo sindicato oficial, afiliado al Consejo Central de Sindicatos de toda la Unión y que después de la independencia de Ucrania se convirtió en la FPU. Fue miembro del Partido Comunista, pero ahora no está afiliado a ningún partido. Olesia es una joven sindicalista, pero con años de militancia en la KVPU. Este sindicato independiente se formó reuniendo sindicalistas que participaron en las huelgas mineras y otras, sobre todo del Donbás, como hicieron su presidente Mihaylo Volynets y su vicepresidenta, Natalia Levytska. Se creó a finales de 1998. Vasyl Andreiev es trabajador de la construcción desde los catorce años y se afilió a la FPU: a pesar de su relativa juventud es su vicepresidente y responsable internacional. Las palabras de Vasyl en el acto del último día de la gira son elocuentes sobre su expectativa: “Hemos venido para hablar de trabajador a trabajador”.
La delegación de las dos centrales sindicales ucranianas ha sido posible gracias a la invitación de la UGT. En febrero de este año fue a Kyiv una delegación de la UGT de Catalunya para participar en una conferencia internacional de solidaridad sindical en el segundo aniversario de la guerra. La Red Europea de Solidaridad con Ucrania (RESU) había facilitado contactos y reuniones previas en París y, como responsable de la coordinación sindical de la RESU, tuve el privilegio de acompañarlos. Con amenazas de ataques que nos obligaron a escondernos en el refugio del hotel, la nuestra fue la única delegación internacional presencial en la conferencia. A partir de ahí se empezó a preparar la gira por España y ha sido la UGT el sindicato que ha concretado este paso adelante. Lo primero y más importante de la visita fueron las entrevistas en Barcelona y Madrid con los responsables de las federaciones de la UGT, donde se pudieron compartir experiencias e inquietudes.
El conjunto de visitas a Barcelona y Madrid ha sido un éxito. Durante una semana agotadora de reuniones, actos, entrevistas y visitas, se han abierto varias posibles actuaciones de ayuda a los sindicatos y a las personas refugiadas e inmigrantes. En el Parlamento catalán la delegación se ha entrevistado con el presidente, Josep Rull (de Junts per Cataluña), quien se ha interesado y espera poder concretar una próxima visita de los sindicatos para escucharlos en sesión parlamentaria o comisión. La delegación también tuvo una entrevista con los grupos del Partit de Socialistes de Catalunya (PSC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts, en la que prometieron ayudarles en diversos aspectos. Mientras por parte de la delegación ucraniana se enfatizó el papel de los sindicatos en la guerra y la reconstrucción, y se comprometió a establecer contacto con la Verkhovna Rada.
En Madrid los sindicalistas ucranianos también tuvieron una reunión con los grupos congresuales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de Sumar y de la ERC. Los grupos parlamentarios se interesaron en ayudarles concretamente en planes de formación para sindicalistas y sobre las normativas europeas laborales y de derechos. Estas reuniones políticas oficiales abarcaron desde responsables del Parlamento español de las comisiones de exteriores, trabajo, economía social, migraciones y del Pacto de Toledo (sistema de pensiones) a responsables de la Generalitat catalana para la Unión Europea y del Ayuntamiento de Barcelona.
Además de estos representantes políticos la delegación ucraniana se entrevistó (en Catalunya) con asociaciones de la sociedad civil como Ómnium Cultural, el Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y Nacionales, el Barcelona Centre for International Affairs y el Instituto Catalán Internacional para la Paz, y con diferentes asociaciones ucranianas de Barcelona y Madrid, entre ellas con la presidenta de las asociaciones de España y con la Embajada de las Artes de Ucrania en Barcelona.
Los sindicalistas ucranianos también participaron en los actos de la Diada de Catalunya (del 11 de septiembre). Frente a la estatua de Rafel de Casanova (máxima autoridad militar y política de Cataluña durante el sitio borbónico de Barcelona en 1714) y junto a los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, los ucranianos hicieron entrega de su propia ofrenda, con flores azules y amarillos que simboliza los colores de su bandera.
Ahora corresponde hacer un brevísimo repaso de algunas de las cuestiones políticas que han surgido durante estas reuniones que creo que pueden interesar.
La situación de la clase obrera
Lo primero que nos dijeron los sindicalistas es que la guerra afecta gravemente la vida de toda la población trabajadora. Empezó en 2014 con la ocupación de Crimea y partes del Donbás, pero con su extensión en 2022 se ha convertido en una horrible situación diaria en cualquier parte de Ucrania.
“A causa de la guerra se han perdido 2,7 millones de puestos de trabajo directos en la construcción, alimentación, industria. Nuestra afiliación se encuentra también en el frente. Otra en el exilio. Todo ello conlleva una disminución muy importante de la afiliación y pago de cuotas. En total 9 millones de puestos de trabajo han desaparecido.”
“Para entender el alcance de la guerra, sólo en Kiev ha habido 1.500 ataques con cohetes. Son ataques día y noche, expresamente para que no pueda descansar la población. Mucha gente, niños, mujeres, hombres, necesita atención psicológica,” nos dice Grigori Osovyi.
Olesia Briazgunova, remacha el clavo: “Los niños y jóvenes que necesitan refugiarse van a crecer en un ambiente de miedo. Bombardean centros energéticos. ¿Qué pasará este invierno con los niños y mujeres?”
La situación del frente
Según Vasyl Andreiev, “El 20% de nuestros afiliados son ahora militares. Nuestro país está en guerra porque nos han agredido. Ellos nos faltan en los trabajos porque están luchando para defender el país.”
Grigori añade: “El sistema de orden en el mundo está muy débil. No existe un organismo mundial que toque una tecla y se haga la paz, esa es la realidad. España ayuda militarmente, junto a Estados Unidos, Europa, pero no nos han mandado cohetes ni munición suficiente. Rusia tiene un millón de munición. Nos dais el 20% de lo que Rusia utiliza contra nosotros. No hay cohetes, por eso necesitamos, al menos, drones.”
Olesia, por su parte, dice: “Muchas gracias por la ayuda militar que da España. Eso contribuye a que nos podamos defender. La población de Ucrania no se da por vencida, siempre va a luchar por su libertad. Hoy ha muerto un camarada nuestro. Estamos pagando un precio muy alto por nuestra soberanía y por la defensa de Europa.”
Sobre las perspectivas militares
Olesia afirma que “el ejército ruso tiene un plan para apagar todo lo indispensable para la vida de las personas y de la economía de Ucrania: energía, agua, comunicaciones. Hay peligro para trabajar en minas, centrales nucleares que son atacadas, centros de distribución de energía: la energía eléctrica es la sangre que nutre el país. Sin energía en las zonas mineras y en las minas es muy peligroso trabajar: 51 de estas personas están atrapadas. Pero siguen trabajando a pesar del riesgo de más ataques aéreos.”
Grigori responde a un diputado en Madrid que “el 26% del territorio de Ucrania está ocupado por Rusia. No hay condiciones para negociar.” Apunta dos alternativas: “Ucrania puede ganar. Hay que terminar las relaciones económicas con Rusia y el agresor va a tener que parar. Rusia no va a tener dinero en un mes si se para toda relación económica.
La otra: “Si perdemos territorio, Rusia entrará en Kiev. Luego en Polonia. Y esto puede ser la 3ª guerra mundial.”
La propaganda putinista entre los trabajadores rusos y en España mismo
Durante las visitas y contactos con grupos parlamentarios la delegación ha escuchado algunas preguntas y opiniones sobre la paz que les han asombrado. A pesar de que el semblante de todos es más bien serio, sonríen de vez en cuanto. Pero Olesia abre sus claros ojos ante algunas afirmaciones como que “lo más urgente es la paz porque todos ponen sus muertos”, sin apenas distinción entre agresor y agredido.
En Barcelona Grigori afirmó que ha podido detectar mucha propaganda pro-putinista: “Dicen que Rusia hizo una ’guerra preventiva’ porque Ucrania la quería atacar. Otra: que Ucrania es nazi. Tenemos orgullo nacional, tenemos una larga historia, pero nunca hemos sido nazis. Otra mentira: que el Sur, Donbás, son territorios rusos. Nos preocupa que el 70% de los rusos se crea esta mentira. El 70-80% de los rusos piensa que Ucrania no tiene que existir, que esas tierras son rusas. Es complicado para que llegue la verdad a los cerebros de esas personas.”
En Madrid también Grigori dice: “Un sindicato ruso [la Federación de Sindicatos Independientes de Rusia (FNPR)] apoya completamente la agresión de su país. En las zonas ocupadas los activistas sindicales hemos tenido que salir por la represión. Ese sindicato ayuda a sustituir nuestros activistas y pone los suyos. La lengua ucraniana también es sustituida. Un documental sobre los soldados rusos que ha ganado un premio muestra con toda naturalidad que quieren ganar la guerra y hacen lo que sea para ello”. Y repite: “No hay condiciones para negociar la paz”.
Olesia añade: “Más de 2.000 sindicalistas y trabajadores públicos de los territorios ocupados han sido secuestrados.”
Uno de los aspectos por los que FPU y KVPU han estado luchando denodadamente es en tratar de expulsar la FNPR de la Organización Internacional de Trabajo (OIT). Este sindicato invitó a Putin a hablar a su Congreso y mostró su completo apoyo a la “operación militar especial” contra Ucrania. A la más reciente conferencia de la OIT los sindicatos ucranianos estuvieron a punto de lograr la no-elección de la FNPR como miembro de la dirección, pero la falta de apoyo decidido por parte de la cúpula de la Confederación Internacional de Sindicatos (CSI) lo impidió. La FNPR entró por sólo un voto de diferencia. ¡Nunca había tenido la FNPR apoyo internacional tan bajo! Al mismo tiempo, el sindicalista Vasyl Andreiev fue designado para ocupar uno de los 19 puestos de suplente sin ninguna oposición. Un gran logro.
El diálogo social entre gobierno y sindicatos
Uno de los objetivos clave de la visita era que los sindicatos ucranianos pudieran explicar su relación con el gobierno de Ucrania y su opinión sobre las políticas económicas y laborales del mismo. Si en cuanto a la necesidad de defenderse del agresor y dar apoyo al ejército y al gobierno en el terreno militar fueron muy claros, en cuanto a su descontento con respecto al neoliberalismo y ataques a los trabajadores por parte del gobierno fueron igualmente contundentes: el gobierno ucraniano está aprovechando la situación de guerra para debilitar a los sindicatos y para atacar las condiciones de vida de la clase trabajadora.
Grigori: “El segundo día después de la ocupación rusa la Rada adoptó una ley militar. Los sindicatos intentamos que fuera más suave. Se prohibió derechos de los trabajadores como manifestación o huelga. Todas estas limitaciones deben ser canceladas. El pasado año vimos que la tercera parte de las leyes aprobadas son negativas.
Tenemos algunos diputados que defienden nuestra posición. La cuestión es hacer que nuestro Gobierno nos escuche en el Parlamento. Los políticos escuchan cuando se avecinan elecciones, pero ahora en nuestro país no hay elecciones. El gobierno es de un solo partido que domina, no hay gobierno de coalición. Sabemos que la guerra lleva a una concentración de poder, pero deben respetarse los derechos de los trabajadores.”
Vasil: “En poco tiempo se han cambiado 30.000 leyes en Ucrania. Nuestro sindicato está participando en el proceso de adaptación de leyes desde 2015. Pero los cambios más drásticos del gobierno contra los trabajadores han sido en el código del trabajo y en las normas de seguridad. Necesitamos formar expertos, necesitamos fondos para formar profesionales expertos. Cursos de dos semanas para formar trabajadores expertos en sectores como la construcción, metal, sector marítimo. Los sindicatos no podemos hacerlo solos. La experiencia de España, como parte de Europa, nos puede ser muy útil.”
Olesia: “Necesitamos ayuda para entender y tratar normativas de España que puedan ser útiles para Ucrania. La integración en la UE es muy importante para las jóvenes generaciones de ucranianas, que esperan una mejora de sus vidas.”
Los diputados del Parlamento español, miembros o portavoces de diferentes comisiones claves para el diálogo entre sindicatos, gobierno y partidos, se interesaron particularmente en este punto. Posiblemente la formación de sindicalistas ucranianos en leyes europeas y ejemplos de su implementación en España podrían ser uno de los aspectos concretos y útiles de esta visita. La diputada del PSOE Elisa Garrido hizo una pregunta al final: ¿Hay contacto y diálogo entre los sindicatos y el gobierno de Ucrania? La respuesta de Grigori Osovyi fue clara y concisa: “Contacto sí, diálogo ninguno.”
La reconstrucción de Ucrania
En una situación con más de cinco millones de personas desplazadas, de decenas de miles de heridos y lisiados, de personas que quedarán afectadas de por vida, hablar de reconstruir el país después de la guerra significa, en primer lugar, crear condiciones para que trabajadores y trabajadoras puedan regresar, tengan casa, salario decente y unas condiciones de vida y servicios aceptables. Es decir, una reconstrucción no sólo económica y de infraestructuras sino social.
Sin eso, lo que puede haber es una gran operación económica con jugosos beneficios donde grandes empresas multinacionales se repartan las áreas y trabajos cobrando del endeudamiento de Ucrania o de fondos europeos, contraten sin convenios ni reglas, con salarios bajos y falta de seguridad a trabajadores inmigrantes venidos de todo el planeta. Ese tipo de reconstrucción significaría un cambio completo de Ucrania para peor. Eso no tiene que ocurrir. Pero si no queremos este escenario hay que ayudar a que los sindicatos jueguen un papel clave en ella.
Vasyl, responsable de la construcción de FPU dice muy claro que “prevemos una falta de mano de obra comparada con la enorme destrucción que hay… Hay que crear condiciones para que puedan volver las personas que tuvieron que salir”. Olesia también incide en el papel de las mujeres “que están sustituyendo a los hombres en el frente en muchas profesiones, entre ellas en el metal y en la minería. Hay que regular su participación en el futuro con igualdad de derechos”.
Grigori dice que “quien tiene que pagar la reconstrucción es quien ha originado la guerra y sus desastres: Rusia”. Reclama ayuda para que los sindicatos puedan participar en el proceso de planificar esta reconstrucción. Según él, el gobierno ucraniano y las grandes corporaciones están marginando a los sindicatos de todos los planes y discusiones. Denuncia que en la última conferencia de reconstrucción de Berlín organizada entre los gobiernos alemán y ucraniano “de dos mil participantes entre gobiernos y empresarios, sólo dejaron lugar a dos sindicalistas”.
Continuar este paso adelante y concretar los compromisos
Sin duda aún hay muchos aspectos y detalles que se podrían explicar sobre esta visita. Creo haber reflejado lo más importante. Las asociaciones, organizaciones, partidos y personas que hemos asistido a algunas reuniones, conferencias o actos hemos podido escuchar, tocar y sentir lo que ocurre en Ucrania y las consecuencias de esta guerra de agresión para la clase trabajadora ucraniana. No ha sido ninguna visita de un gobierno, ni lo ha contado ningún medio de comunicación, ni una red social: han sido sindicalistas de carne y hueso. Un privilegio.
Ahora nos toca difundir, ordenar e implementar lo que hemos escuchado y decidir qué lugar queremos tener en ayudar a los sindicatos ucranianos. Nos han dicho lo que necesitan: generadores, casas, apoyo psicológico, formación sindical, contrarrestar la desinformación, ayudar y organizar a las personas refugiadas, afiliarlas al sindicato, apoyo político para el papel de los sindicatos en la reconstrucción…
Ahora que cada cual ocupe su lugar.