La Gauche anticapitaliste, como todas las fuerzas políticas y sociales de izquierda, se ha visto golpeada por las convulsiones internacionales de las últimas semanas, tras la victoria electoral del ultraderechista Trump en la primera potencia imperialista del mundo, EEUU. En este contexto, el debate sobre cuestiones de seguridad, militares y de defensa se ha apoderado de todos los países de Europa. El régimen de Putin supone una amenaza real para Europa del Este y para los derechos democráticos y sociales en todo el continente, a través de sus alianzas con la extrema derecha. Del mismo modo, Trump, Musk y Vance, al igual que la extrema derecha en Europa y en otros lugares, están mostrando su disposición a atacar frontalmente cualquier política social y progresista, por mínima que sea, como la normativa medioambiental, la lucha contra la discriminación o los derechos sociales y sindicales de los trabajadores. Macron, Von Der Leyen y De Wever no hacen más que preparar el terreno a estas fuerzas abiertamente neofascistas.
En este nuevo contexto, para los marxistas revolucionarios, la mejor defensa no son las armas más caras ni las más peligrosas pero sí se plantea de nuevo la cuestión de los fines y los medios y, por tanto, de los objetivos que hay que defender. En este sentido, la seguridad de los trabajadores significa también, ante todo, seguridad social y ecológica. Hacemos pues un llamamiento al conjunto del movimiento social y de las fuerzas de izquierda para que se tomen en serio las cuestiones de seguridad y no las dejen en manos de la extrema derecha o de la derecha neoliberal, cuyas políticas represivas y violentas están hechas a la medida del gran capital y de las élites más parasitarias.
En el contexto actual de giro a la extrema derecha en Estados Unidos, de giro a la derecha en Europa y de amenazas contra Ucrania, los tres objetivos siguientes son ineludibles e indisociables: el apoyo a Ucrania contra el carbofascismo expansionista ruso, la lucha contra los liberales autoritarios que nos gobiernan en Bélgica y en Europa, y la lucha contra la internacional neofascista del eje Trump-Putin. Además de no responder a las necesidades de la legítima defensa de Ucrania frente a la invasión de Putin, los planes europeos vuelven a servir de pretexto para imponer políticas de austeridad, represión de las libertades y destrucción ecológica. Estos mismos dirigentes europeos hipócritas son cómplices activos de la guerra genocida de Israel en Palestina y, como Starmer, Macron y Rutte, pretenden "negociar" con los EEUU de Trump, aunque ello suponga someterse a las políticas imperialistas y anexionistas en Ucrania, Palestina y otros lugares.
En este nuevo desarrollo del capitalismo mortífero, necesitamos una política independiente basada en Bélgica en tres negativas claras:
- No al plan Rearm Europe, que da a la industria armamentística y al mercado las llaves de nuestra política de defensa ¡No a una Europa capitalista y neoliberal!
- No a las reformas antisociales de la coalición de Arizona contra todo el mundo del trabajo y la seguridad social, no a los planes de privatización (ya sea de Belfius, BPost u otros) para aumentar el presupuesto de defensa, no al aumento de la edad de jubilación de los militares
- No a la unidad nacional: ¡por una lucha de continua y decidida frente a los ataques antisociales y liberticidas de nuestros gobiernos!
Por una política militar independiente e internacionalista, por y para las clases trabajadoras, los anticapitalistas defienden el siguiente programa de ruptura:
- La cancelación completa e incondicional de toda la deuda de Ucrania;
- La terminación efectiva de todos los lazos económicos con Rusia;
- El embargo los activos rusos de Euroclear en Bélgica: una incursión en la propiedad de los capitalistas ;
- Un cese completo e inmediato de las entregas de armas a regímenes reaccionarios socios de la UE Arabia Saudí, Israel, Egipto, India, etc. para redirigir las armas disponibles a Ucrania;
- Completa autonomía estratégica y de defensa respecto a Estados Unidos: por ejemplo, un programa Starlink independiente, el cese de las compras de F35, etc. ;
- Para lograrlo, es necesario socializar y planificar la industria armamentística, bajo control democrático, dando prioridad a los recursos existentes y liberados para ayudar a la resistencia ucraniana. Del mismo modo, el ejército debe democratizarse y ponerse bajo el control del pueblo;
- Nuestra política de seguridad anticapitalista también requiere una inversión masiva en educación y ciberdefensa, así como en el público de salud;
- Del mismo modo, una política de este tipo requiere la socialización de sectores clave de la economía como las finanzas y la energía, y el abandono de los combustibles fósiles, que amenazan a la humanidad y nos hacen dependientes de Estados Unidos, Rusia y las monarquías del Golfo;
- Un impuesto de crisis sobre las grandes fortunas de Bélgica y Europa y un amplio programa social y ecológico;
- Por último, la elección de una asamblea constituyente de los pueblos Europa: un auténtico proceso político para crear una comunidad democrática de destinos para los pueblos y los trabajadores de Europa.
Declaración de la dirección nacional de la Gauche anticapitaliste, 17 de marzo de 2025