La autoorganización no desaparecerá sin dejar rastro

A las integrantes del grupo feminista Bilkis de Lviv les encanta andar en bicicleta y cuando la situación militar y el tiempo lo permiten, organizan caminatas.

Fundado hace 3 años en Kharkiv, Bilkis encontró refugio en Lviv debido a la guerra. Desde el 24 de febrero, Bilkis ha modificado su gama de actividades para satisfacer las necesidades de la población ucraniana. “Lo esencial para las y los ucranianos que lo perdieron todo era proporcionarles refugio, comida y medicamentos”, explican las feministas. Durante los primeros cuatro meses de la guerra, “enviamos paquetes al este y al centro de Ucrania. La mayoría de las veces fue a Dnipro y Kropyvnytskyi, porque fue allí donde muchas personas de las regiones de Donetsk y Lugansk fueron evacuadas”.

Hoy, en Lviv, han abierto un “Espacio de las cosas” anticapitalista, “un espacio donde puedes dejar cosas y donde ciertamente puedes cogerlas y llevártelas”. Los horarios de apertura de este espacio, que pretende ser “una verdadera alternativa a las relaciones mercantiles existentes y se basa en la ayuda mutua, la cooperación”, se anuncian en las redes sociales. Ropa, juguetes, etc. se ponen a disposición de forma gratuita de quienes lo necesitan.

Pero Bilkis no olvida su identidad feminista. En diciembre de 2022, sus activistas organizaron una campaña contra la marca de licor Drunk Cherry, que muestra a una mujer desnuda en sus botellas. Las activistas se colocaron frente a la tienda de la marca en Lviv, sosteniendo carteles que decían “Deja de sexualizar a las mujeres”, “El cuerpo femenino no es un anuncio” y “Boicotear a los sexistas”. El grupo fascista ucraniano Katarsis, que llegó al lugar, las amenazó, y sus militantes se colocaron frente a ellas en la entrada de la tienda. Solo la presencia de la policía les impidió atacar a las activistas. Más tarde, un concejal las denunció como partidarias del “comunismo”. Sin desanimarse, después de un fin de semana agotador, las y los transeúntes pudieron ver a las activistas de Bilkis pegando sus carteles sobre el consentimiento sexual en las paredes de la ciudad.

Bilkis, ¿qué significa ese nombre? “Pensamos durante mucho tiempo en la elección de un nombre y decidimos usar el de Bilkis, la reina de Saba, descrita en la mitología musulmana como la diosa del amor y de todos los pobres, una semidemonio, una bruja”.

Os afirmáis como un grupo anticapitalista y anti-patriarcal. ¿Significa esto que consideráis a Ucrania como un país capitalista? Descubrimos que en vuestras actividades insistís en la gratuidad. Una forma de desmercantilización. ¿Es esta la principal dimensión anticapitalista de vuestras actividades?

De una forma u utra, todos los países del mundo son capitalistas y Ucrania no es una excepción. Nuestro país tiene ciertas garantías sociales, atención médica y educación gratuitas, pero eso no lo hace anticapitalista. Nos gustaría ver el lado social del Estado hacerse más fuerte, ver los derechos económicos de las personas mejor protegidos, ver el valor del enriquecimiento cambiar en valor de bienestar colectivo. Actualmente tenemos un proyecto llamado “El espacio de las cosas”, que es un espacio sin dinero, sin compraventa u otros instrumentos capitalistas. Intentamos mostrar a la gente que es posible vivir y tener cosas sin dinero, que el dinero es una convención que se puede eliminar. Además, este mes hemos lanzado el proyecto “Alimentarse”. Todos los domingos alimentamos a las personas sin hogar y necesitadas con un almuerzo caliente; también difundimos entre ellas información sobre “El Espacio de las cosas”.

Luchar contra el patriarcado en tiempos de guerra no parece sencillo. Y, sin embargo, sois muy activas en este tema. ¿Por qué es necesario en un momento tan difícil? Vi que apoyáis las demandas de las mujeres soldados. Una postura que no se ve a menudo en el movimiento feminista occidental. ¿Puedes decirme por qué os implicáis a favor de las mujeres soldados? ¿Puede considerarse esto como una debilitación de la defensa militar de Ucrania?

¿Por qué es necesario en un momento tan difícil? La respuesta es simple: porque el patriarcado no desaparece por la guerra, la violencia doméstica sigue existiendo, los signos sexistas siguen existiendo, el acoso sigue existiendo. No sirve para nada poner tu activismo en un segundo plano debido a la guerra (a menos que participes en operaciones militares o estés en las fuerzas armadas); la vida continúa, los problemas permanecen.

¿Por qué estamos involucradas en el tema de las mujeres en el ejército? En primer lugar, porque uno de nuestros miembros ha estado en las fuerzas armadas ucranianas durante un año; además, muchas de nuestras amigas feministas también se han unido al ejército y defienden nuestro país. Y, por supuesto, porque generalmente vemos cuántas mujeres están involucradas en este campo, y a menudo tienen problemas diferentes debido a su sexo.

Por supuesto, esto no es muy común entre las feministas occidentales, porque no hay guerra en sus países. Es difícil para nosotras hablar de pacifismo y antimilitarismo ahora. Quiero decir, en teoría, podrías estar en contra de las guerras, en contra de las armas, en contra del ejército, pero cuando tu casa está ocupada, cuando se destruye día tras día, cuando tu familia es asesinada por un cohete, esta teoría no funciona. O tomas las armas o mañana puede que ya no estés.

En nuestra opinión, ser antimilitarista es un privilegio de seguridad. Es fácil renunciar al ejército cuando su país no está siendo borrado de la superficie de la tierra, o cuando no se está personalmente amenazado.

A ninguna de nosotras nos gusta la guerra, las armas o la gente armada, pero aún menos nos gusta la idea de ser asesinadas física o culturalmente.

Todo lo que hacéis, el envío de paquetes, el “Espacio de las cosas” y, más recientemente, la distribución gratuita de alimentos es el resultado de vuestra autoorganización. Dado que el Estado no puede proporcionar todo esto, vosotras lo hacéis. ¿Crees que estas actividades, a su manera, muestran que la sociedad civil puede hacer tanto como Estado, o incluso mejor?

¿Y cómo hacer para que este poder de autoorganización de la sociedad ucraniana no desaparezca, para volver a la situación de antes de la guerra? Y si es así, ¿cómo proteger este espíritu de autoorganización?

La sociedad ucraniana actual es un ejemplo de cómo la gente puede organizarse con un propósito específico. Creemos que sí, la sociedad civil puede hacer (o incluso hace) más que el Estado en algunos aspectos. Nos gustaría que esta experiencia mostrara a la gente de nuestro país que son ellos y ellas, esta sociedad civil, quienes son el Estado, es decir, que son la fuerza política que puede y debe cambiar todo lo que les rodea.

De hecho, es difícil decir si y cómo se puede mantener este nivel de autoorganización después de la guerra. Sin embargo, nos parece que esta experiencia en sí misma no desaparecerá sin dejar rastro, que de alguna manera cambiará los valores y prácticas de las personas.

Mirando vuestras actividades y escritos, tengo la impresión de que la autogestión está en el centro de vuestros proyectos. Organización de base, democracia radical, gestión de sus propios asuntos para construir proyectos alternativos al capitalismo. ¿Os parece correcto el concepto de autogestión para describir el sentido político de vuestras actividades?

Sí, esta descripción es exacta. Intentamos tomar todas las decisiones de forma colaborativa, y todos estamos igualmente implicados e iguales en nuestra iniciativa. También practicamos una comunicación abierta y discutimos inmediatamente todos los problemas y malentendidos, lo que mejora nuestro trabajo y nuestras relaciones.

Entrevista realizada por Patrick Le Tréhondat